CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR (PAULO FREIRE) Partiendo de la lectura, se puede deslumbrar la inquietud que él tiene sobre el abandono estatal y política de gobierno concerniente al enfoque educativo, donde la profesión docente es desvalorizada, las instituciones educativas desmejoradas en cuanto infraestructuras y dotación, políticas neoliberales de hacinamiento, promulgando la cobertura en detrimento de la calidad educativa. Se puede ver la preocupación del autor por la falta de compromiso ético-político que lo embarga, de allí su intencionalidad de darnos conocer sus inquietudes a través de 10 cartas. PRIMERA CARTA. ENSEÑAR - APRENDER. Lectura del mundo – lectura de la palabra. En esta primera carta Freire, resalta la importancia de la relación existente entre enseñar y aprender enfatizando que tanto el que enseña y aprende reaprende y que esto se logra si permanentemente hay disponibilidad de repensar lo pensado.
Primera Carta: Enseñar-aprender. Lectura del mundo-lectura de la palabra.
En el mismo tiempo en el que educador enseña, el educando enseña al educador y ambos aprenden, la verdadera enseñanza se interrelaciona con el aprendizaje. El educador debe estar dispuesto a enseñar tanto igual dispuesto a aprender, es la verdadera actitud que un educador debe tomar “el profesor no es una computadora que lo sabe todo, sino es un ser programado para aprender” y este verdadero sentido de enseñar y aprender debe hacerse de forma abierta y critica. Ya que al estudiar es una preparación y a su vez implica una lectura, Pero leer y el estudiar no es un ejercicio de memorización mecánica de ciertos fragmentos de texto. Si no que se trata de un estudio y una lectura crítica, porque si no estaríamos repitiendo lo mismas ideas de todos los autores, no seriamos humano si solo repetimos, seriamos maquinas en la que se almacenan solo conocimiento de una manera pasiva. Al estudio-lectura crítica y la escritura. Implica una enseñanza crítica que necesariamente requiere una forma crítica de comprender y de realizar la lectura de la palabra y la lectura del mundo, la lectura del texto y la lectura del contexto. Según Freire: "Leer un libro no es pasear por las palabras. Es releerlo, es reescribirlo. No enseñar a los niños que leer y escribir son casi la misma cosa desde el punto de vista del ejercicio intelectual y humano es un gran error"
Segunda Carta: No permita que el miedo a la dificultad lo paralice.
Cerremos los ojos y pensemos en el miedo que alguna vez temimos en el pasado, por ejemplo, nuestro primer día de clases como educador, la cuestión de lo difícil, y el miedo que nos provoca. La cuestión que aquí se planteada no es en negar el miedo, aun cuando el peligro que lo genera sea ficticio. El miedo en sí, sin embargo, es concreto. La cuestión que se presenta es la de no permitir que el miedo nos paralice o nos persuada fácilmente de desistir de enfrentar la situación desafiante sin lucha y sin esfuerzo. El miedo es provocado por alguna dificultad que tengamos, pero la dificultad esta siempre relacionada con la capacidad de respuesta del sujeto que teme. El peor error más terrible es retroceder al primer obstáculo que se nos presente, el miedo es un derecho, que nos exige valentía. Pero no debemos dejar que nos paralice en nuestra labor como educadores.
Tercera Carta: “Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad”.
Escuche una vez que decir en una reunión de padres de familias de una promoción escolar. Cual decía, que, si mi hijo no logra ingresar a la universidad, entonces estudiara para profesor. Muchas veces hemos escuchado decir estas palabras de la misma forma u otra, pero siempre con el mismo sentido. La práctica educativa de la que hablamos no puede ser tomada como última opción para una persona que pretende iniciar una carrera profesional, por el contrario, el ser educador es serio. Por qué tratamos y trabajamos con gente, con niños, que son seres humanos, en el que participamos en su formación como persona. Podemos ayudar al educando o perjudicarlo, Podemos contribuir a su fracaso con nuestra incompetencia e irresponsabilidad. Pero también podemos ayudar con nuestra constante preparación y con el gusto de enseñar tomándolo con mucha seriedad y compromiso. Por eso no se puede formar a una persona como docente solo porque no tuvo otra oportunidad, de raíz estamos formando un exterminador de educando. Me atrevo a decir que la carrera de ser educador es subestima por la sociedad y sus políticas, con el injusto salario. Preguntándome a mí mismo: ¿La tarea de un profesor (da) es importante?, ¿El salario que percibe es digno? ¿La sociedad reconoce la importancia de esta profesión?
En Conclusión: Para concluir lo anterior y no continuar con las demás cartas, señalare los aportes que considero que sigues siendo propuesta que se debe aplicar en la práctica educativa.
- Respeto al educando y su saber.
- Reconocer su realidad como parte de partida para su enseñanza.
- Es importante escuchar al educando y saber hablar al educado.
- Demostrar que somos seres humanos con emociones y sentimientos.
- Educar al miedo y no esconderlo con autoritarismo.
- Identificar primero nuestra identidad cultural como educador par luego educar al educando.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario